La intervención rescata el inmueble mejorando la distribución, recuperando el potencial del espacio y llevando la luz natural a los espacios interiores de la casa.
Tras estas consideraciones, se decidió diferenciar el espacio social de la vivienda de los espacios privados, desarrollando el programa público alrededor de un vestíbulo diáfano, amplio y generoso.
+
La sala de estar, pensada para la familia, es una zona de filtro entre la zona pública y la privada. A través de ella se accede al dormitorio principal y a otros dos dormitorios situados en la parte más resguardada e íntima de la casa con el fin de facilitar el descanso y recogimiento. Todos los dormitorios están dotados de un amplio vestidor y baño completo. El dormitorio principal está caracterizado por los techos altos con unas espectaculares molduras de motivos florales.
El amueblamiento ha sido diseñado a medida y no alcanza voluntariamente la altura de los techos de forma que las molduras se lean en su totalidad desde cada lado del dormitorio. La atmósfera es acogedora y cálida debido a la sensibilidad a la hora de valorar y recuperar los materiales así como los elementos identitarios de la casa: los techos altos y sus vistosas molduras, una antigua chimenea de mármol y la carpintería de madera (puertas y ventanas).
La pared de ladrillo visto, desvela el sistema constructivo tradicional empleado. Los refuerzos metálicos en los huecos son un elemento central en el proyecto, se destapa la estructura original apoyada por los chapones, de tal manera que no solo son visibles si no que son protagonistas.
Las molduras originales se han limpiado y rehabilitado cuidadosamente en colaboración de una restauradora de Madrid, significándolas pintando el techo de la estancia del mismo color, a diferencia de los paños verticales. Se han recuperado todas las ventanas de madera de la vivienda, así como las puertas con mayor detalle y relevancia, integrándolas en el proyecto de una manera amable y respetuosa.
El proyecto recupera las condiciones espaciales originales, sus materiales, mostrando el inevitable paso del tiempo, sin renunciar a una concepción contemporánea del uso del espacio y de su lenguaje.
–
Equipo: Camino Alonso, Carlos Alonso, Ignacio Lechón, Fernando Alonso, Clara Farinella, Carlos Jimenez
Arquitectura y construcción: ÁBATON · Interiorismo: BATAVIA · Fotografías: Belén Imaz