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25 de mayo de 2014
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Carlos Alonso

Villa Platan: el mar danés dentro de casa

Cuando se dispone de una ubicación privilegiada para construir, todo resulta más sencillo. Es el caso de Villa Platan, un proyecto reciente del estudio de arquitectura y paisajismo danés ADEPT.

Diseñada a partir de cuatro volúmenes rectangulares unidos de forma fluida, esta segunda residencia de 180 m2 aprovecha al máximo su situación a orillas del mar. El uso de materiales en colores naturales, como el ladrillo Kolumba en tono gris arena o la madera de roble para marcos e interiores, da solidez y elegancia a la propuesta. Este ladrillo artesanal, más alargado, acentúa la fusión entre los cuerpos de la estructura y permitió elaborar piezas especiales para conseguir unas atractivas esquinas redondeadas.

En cuanto a la distribución, desde la calle la casa tiene un aire sereno y cerrado. Una impresión que se transforma por completo en la zona orientada al jardín y al mar, donde priman las grandes aperturas acristaladas. Este es el territorio de la cocina y el salón, que se abren al horizonte infinito para disfrutar de las vistas.

El espacio interior es un continuo, sin ningún tipo de puerta o división entre estancias. Las paredes y los techos -de un blanco inmaculado- funden aún más las zonas, teniendo su contrapunto cromático en el mobiliario de madera a medida. Cada habitación cuenta con su propia pared en roble que rompe la continuidad visual: una enorme estantería para libros en el salón, un muro de listones en la zona de entrada que oculta un armario y el acceso al sótano, una cocina personalizada y una pared completa de armarios en el dormitorio principal.

El sótano es otra pequeña audacia del equipo de ADEPT. Con una sala de televisión y tres habitaciones de invitados, la iluminación natural está asegurada mediante otros tantos lucernarios distribuidos a lo largo de la fachada. Unos estilosos bancos de madera ocultan y protegen estas fuentes de luz, proporcionando además un toque acogedor al perímetro.

Por último, el jardín que rodea Villa Platan se revistió con pizarra, flores silvestres y arbustos para mimetizarlo con el paisaje costero circundante. Una tribuna inmejorable desde la que otear los cambios diarios del mar.

 Fotografías: Jacob Lerche