El punto de partida de esta vivienda respondía a dos condicionantes de la parcela: la pendiente y las vistas.
La ubicación de la vivienda, con orientación sur-suroeste, tenía que mantener el arbolado y conseguir vistas a un encinar próximo evitando así la interacción visual con las construcciones aledañas.
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La luz natural de los espacios, como siempre principal protagonista de nuestros proyectos, vincula el interior con el exterior, con un paisajismo muy cuidado que hace de cada ventana un cuadro para disfrutar. El gran ventanal del salón que se oculta completamente en el muro, permite la apertura o cierre total dependiendo de la época del año en la que nos encontremos, convirtiendo el espacio de salón en un porche abierto a la vegetación.
La casa consta de dos naves con cubierta a dos aguas que se maclan una con la otra a través de un gran espacio de doble altura, inundado por la entrada de luz sur y que alberga la entrada principal y la escalera que conecta los dos niveles de la casa. En la planta baja se encuentran, salón-comedor-cocina, dormitorio principal y despacho. La planta alta en cambio se ha reservado para los dormitorios de los niños y una zona de estar para ellos.
El esquema de circulación, de sencillez, prácticamente sin pasillos, consigue aprovechar al máximo los metros cuadrados construidos para generar sensaciones espaciales amplias en toda la casa.
La eficiencia energética fue una prioridad en el proyecto. Se construyó con estructura de CLT que dejamos vista gran parte del interior de la vivienda. También se instalaron paneles solares fotovoltaicos con baterías que, junto con la elección de las carpinterías adecuadas, hacen de esta una vivienda con gasto energético prácticamente nulo.
El interiorismo de ÁBATON continúa el concepto de sencillez que rige la arquitectura y se centra en elementos de materiales nobles, atemporales y resistentes al paso del tiempo. Priman las maderas y tejidos naturales y los tonos neutros.
En el dormitorio principal se utilizaron carpinterías de madera recuperadas de un piso antiguo en el centro de Madrid que aportan un carácter diferente a los acabados.
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Arquitecta responsable: Cristina Pérez. Colaboradores: Yolanda Bellota (arquitecta técnica), Miriam Arias (amueblamiento y decoración).
Fotografías: Belén Imaz