La intervención de esta antigua casa de labores, convertida en una cabaña de vacaciones, mantiene su piel original desde un acercamiento contemporáneo, donde el respeto por lo existente y las tendencias modernas coexisten en un diálogo entre arquitectura, interiorismo y el entorno natural. Una rehabilitación integral de casa vacacional con un objetivo respetuoso y coherente, entendida como un reconocimiento a lo existente y a la funcionalidad del edificio original.
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Esta casa vacacional se ubica sobre un enclave natural marcado por la sierra, los quejigales y robledales que componen el hábitat del corzo, ciervo y jabalí.
Rodeado de una extensa zona de caza con vistas sobre el bosque, la rehabilitación fue concebida como un refugio que aprovecha la estructura original, conservando la arquitectura tradicional y repitiendo la volumetría y materiales, con un giro que permite vivir la rusticidad de la vivienda con las comodidades contemporáneas.
La reforma de la cabaña de vacaciones en La Vera se organiza en dos dormitorios con baños independientes conectados a una amplia sala que protagoniza el espacio. Esta zona alberga el salón, comedor y cocina y elimina por completo los límites entre el espacio público y el exterior, abriendo en su totalidad la fachada para transformar la cabaña en un gran porche sobre el horizonte del bosque sin distinciones con el exterior. Ningún espacio interior se priva de disfrutar de las privilegiadas vistas e iluminación natural.
Este trabajo, como una “no intervención” en el territorio, utilizó materiales autóctonos y elementos recuperados del terreno y las antiguas construcciones aledañas. Los elementos nuevos, como las contraventanas de madera de castaño, se unificarán con el entorno con el paso del tiempo, adquiriendo una pátina grisácea.
Para una mejor eficiencia energética, se aisló térmicamente toda la vivienda y se incorporaron paneles fotovoltáicos.
Esta pequeña casa pasó de una edificación abandonada a una casa de vacaciones perfecta para disfrutar del verano en compañía o con uno mismo.
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Arquitecto responsable: Camino Alonso. Aparejador: Jorge Porto. Decoración y Amueblamiento: Miriam Arias. Fotografías: Derek Pedros.