Las formas geométricas simples son una fuente casi inagotable de inspiración para los artistas. Pintores como Paul Klee o Kazimir Malévich, estandarte del suprematismo, hicieron de círculos, cuadrados y triángulos su particular seña de identidad, ya fuesen llenos de vivos colores o en la más pura desnudez cromática.
Esta abstracción geométrica tiene también su reflejo en el mundo del diseño industrial contemporáneo, donde muchas veces menos es más. Y es que un producto imaginativo y práctico suele ganar siempre la partida frente a cualquier artificio barroco. No en vano aseguraba Constantin Brancusi que la simplicidad es la complejidad resuelta.
El joven diseñador barcelonés Max Enrich hizo suya esta máxima del escultor rumano al proyectar su colección de mesas auxiliares Stabile. El nombre es todo un guiño al espectador, ya que a primera vista no parece que tengan mucha estabilidad. De hecho, parece que se vayan a desmoronar en cualquier momento.
Su aspecto minimalista juega a romper la idea que todos tenemos en mente de una mesa robusta, con sus patas rectas bien asentadas en el suelo. En lugar de eso, Enrich propone utilizar algo tan peregrino como un triángulo invertido para sustentarla…
Compuesta por tres modelos, la familia Stabile exhibe con orgullo sus patas inclinadas desafiando a la gravedad, y unos sobres «flotantes» que parecen estar a punto de perder el equilibrio si se nos ocurre apoyar cualquier objeto sobre ellos.
Pues no, la propuesta de este graduado en diseño de producto por la Escola de Disseny i Art de la capital catalana es bien sólida. Realizadas en acero con recubrimiento de pintura negra en polvo, la versión más alta llega hasta los 60 cm. Y para los más sibaritas existe también una opción de acabado en oro que genera la misma seducción que una joya.
En palabras del propio Enrich, crea el mobiliario con una intención puramente estética. Además de su uso práctico, son objetos para contemplar y sugerir emociones. Unas líneas limpias que combinan elementos como la forma, el color o la luz para obtener algo que va más allá de un simple mueble.
Aunque podríamos pensar que se trata de una serie industrial, cada pieza está hecha localmente bajo pedido. Otro desafío para este amante de las trampas visuales a partir de geometrías sencillas y grandes dosis de fantasía. Quizá justo por eso tenga como guía en su página web la frase del artista rumano.
Imágenes vía Max Enrich