Proyecto de decaARCHITECTURE en Antiparios (islas Cícladas, Grecia).
El diseño se concibió como un cráter habitable, una vivienda que estuviese indisolublemente ligada al paisaje que la forma. Durante el proceso creativo, los arquitectos se inspiraron por una escena de Zabriskie Point, una película de Michelangelo Antonioni (Italia), que sirvió como referencia para habitar de manera espontánea y sensual el paisaje. La ubicación de la vivienda -en lo alto de una colina- originó dos retos básicos para el diseño: había que proteger las zonas habitables exteriores de los fuertes vientos del Egeo, pero se buscaba ocultar del pueblo -situado a los pies de la colina- el volúmen de la casa. La idea del cráter era ideal para resolver ambas cuestiones.
Las zonas principales exteriores se excavaron in el paisaje creando la «caldera» del cráter, una zona hundida protegida de la fuerza del viento. Además, se instaló un volumen de 2 plantas frente al viento nordeste del verano. Como todos los elementos del proyecto se hundieron en el paisaje, sólo es visible desde el pueblo la segunda planta.
En el lado Norte, un volumen de piedra a doble altura protege el proyecto del viento y alberga múltiples dormitorios y zonas de encuentro comunes. Al este, muros de piedra en ángulo rodean el Kratir y forman la rampa de entrada. El lado Sur presenta un volumen de piedra con una estructura de metal que soporta una cubierta de bambú. Finalmente, el Oeste está abierto a las vistas al mar. Bajo la piscina (diseñada específicamente para nadar) fluye un camino -imitando la lava que brota del cráter- con dirección a la casa de invitados, acotado por muros de piedra y plegándose para descubrir un pequeño jardín. Consta de dos espacios resguardados y un patio interior; uno de esos espacios es visible pero el otro está enterrado en el paisaje. Un gran volumen blanco rectangular se ubica dentro del Kratir y refleja la la importancia cultural de su uso, ya que está destinado a la cocina. La conexión del exterior y el interior se hace a través de grandes vidrios correderos que enmarcan una selección de vistas hacia la piscina y las pequeñas islas de alrededor. La piscina de 25m marca el límite Oeste del Kratir, a eje con una isla rocosa al norte de Antiparos y sobre las vistas a la puesta de sol. Se buscó que el nadador tuviera la sensación de estar en el mar, gracias al lado oeste desbordante. La piscina se hace más profunda y ancha según se adentra al jardín principal del proyecto.
Fotografías Nikos Kangelis