Desde 2002, el Museo del Mar de Galicia ocupa un lugar privilegiado en la ría de Vigo para mostrar al público la eterna vinculación de los gallegos con su medio natural. El conjunto de edificios integra la antigua fábrica de conservas Alcabre-Molino de Viento (de 1887), que con posterioridad se reutilizó como matadero municipal.
El proyecto había sido encargado por la Xuntadiez años antes a los arquitectos Aldo Rossi y César Portela (Pontevedra, 1937). La construcción se fue retrasando por diversos motivos –entre ellos, la muerte del arquitecto italiano en 1997– hasta que el Consorcio de la Zona Franca de Vigo asumió su conclusión de la mano de Portela.
Hoy en día, el complejo museístico consta de cinco partes: una entrada ajardinada, un conjunto de cinco naves rehabilitadas, la plaza empedrada donde se asienta una taberna, un edificio nuevo y, por último, un rompeolas que incluye el acuario y que está rematado por un faro.
Las distintas estructuras se diseñaron para poner en valor el propio mar, mezclando naturaleza y elementos artificiales en un enclave tan representativo del litoral vigués como la Punta do Muiño.
Destaca la extensa cantería de granito y la abundancia de miradores para contemplar el paisaje marítimo, que llega a su cénit en la pasarela acristalada que conecta las dos familias de naves. En palabras del arquitecto gallego, «los huecos practicados en sus muros de piedra son como ojos dotados de geometría aristada que captan escenas marinas allí donde estas se producen, las enmarcan, se apropian de ellas, se las acercan y se las muestran a los visitantes, como si de una colección de estampas se tratara».
La solución planteada por Rossi y Portela juega con la variedad de espacios (jardines, edificios, patios, muelles, paseos…), que nos transportan desde tierra firme hasta el mar y viceversa. Esta fusión natural de entornos es una metáfora del transcurrir de la vida en la ría y más allá, con los muros de piedra acotando el espacio, pero con «islas» de comunicación que enlazan playas y ambientes a ambos lados de este cabo surgido de la mano del hombre.