Hoy viajamos hasta el municipio de Aculco, en el altiplano mexicano, a una hora de Ciudad de México por carretera. Esta zona limítrofe con el estado de Querétaro es ideal para efectuar rutas de montaña y otras actividades al aire libre.
Fue precisamente en un viaje de escalada por sus acantilados de piedra cuando dos hermanos, entusiastas de la naturaleza, se enamoraron del paisaje escarpado, adquiriendo una extensa parcela y dedicándose a reforestarla durante años.
Una vez recuperado el manto vegetal, se plantearon construir allí un refugio de vacaciones para descansar disfrutando de un entorno tan singular. El proyecto corrió a cargo del estudio Pérez Palacios Arquitectos (PPAA), que buscó un diálogo permanente con las cualidades del medio natural.
Se decidió apostar por la sencillez, empleando materiales cercanos con una necesidad mínima de mantenimiento: baldosas de barro cocido para los suelos, madera local para los cerramientos y bloques de piedra para los muros, procedentes de una cantera próxima. Todos estos elementos se dejaron sin revestir a fin de destacar su belleza natural.
El desarrollo de la estructura parte de un volumen rectangular simple con tejado inclinado que da cabida a una entreplanta en uno de los extremos. Por su parte, un diseño interior diáfano con grandes ventanales maximiza las panorámicas, de manera que la Casa Aculco se transforma en un auténtico «contenedor con vistas», en palabras de los arquitectos.
En la planta baja, dos grandes puertas acristaladas ofrecen una buena ventilación natural. Cuando los propietarios están ausentes, el sistema de paneles corredizos de madera se encarga de cubrirlas a modo de cerramiento estético.
El espacio central –dedicado a sala de estar– se encuentra flanqueado por la chimenea y la cocina, unos bloques airosos que separan eficazmente el resto de áreas sin necesidad de tabiques. Detrás de la chimenea se sitúa el dormitorio de uno de los hermanos, mientras que el otro lo encontramos en la parte superior, con acceso mediante una escalera de madera.
Además de los espacios para una cómoda vida interior, el proyecto incluyó una gran terraza abierta que casi duplica la superficie de la vivienda. Un lugar estupendo para aprovechar el sol y las vistas al paisaje de esta sierra mexicana.