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27 de marzo de 2025

Tradición y modernidad en una casa de verano

En un rincón apartado de la costa noroeste de Dinamarca, Høyer Arkitektur ha diseñado una casa de verano que dialoga con el bosque que la rodea. Su forma alargada y su construcción en madera la convierten en un refugio contemporáneo que, lejos de imponerse, se desliza suavemente entre los árboles.

Un emplazamiento privilegiado

Ubicada en Vollerup Strand, esta vivienda de una sola planta se asienta en un claro dentro de un bosque de abedules y pinos. La arquitectura aquí no busca sobresalir, sino integrarse con el paisaje. Su volumen horizontal sigue la línea natural de los árboles, y sus materiales—principalmente madera—refuerzan la sensación de continuidad con el entorno.

La vivienda está orientada de manera que protege la privacidad de sus habitantes sin renunciar a la conexión con el exterior. Su fachada norte, más cerrada, protege del viento y de las miradas de las casas vecinas. En cambio, la fachada sur se abre con amplios ventanales hacia el bosque, permitiendo que la luz natural penetre en el interior y enmarcando vistas ininterrumpidas del paisaje.

Arquitectura que respira

El diseño de esta casa de verano se basa en una estructura ligera de madera laminada encolada, apoyada sobre cimientos puntuales de hormigón. Este sistema constructivo no solo minimiza la huella en el terreno, sino que también da la impresión de que la casa flota sobre el suelo, como si se sostuviera sobre los mismos troncos que la rodean.

El revestimiento exterior de madera sigue la tradición de los graneros locales, reinterpretándolos en una clave contemporánea. Con el tiempo, la madera irá adquiriendo una pátina natural que la hará mimetizarse aún más con su entorno.

Un interior en conexión con el bosque

En el interior, la disposición de los espacios favorece la relación con el exterior. El programa se desarrolla en un solo nivel, con las zonas comunes organizadas a lo largo de la fachada acristalada. Esto permite que cada estancia disfrute de vistas abiertas y de una conexión constante con la naturaleza.

La distribución también responde a un equilibrio entre lo íntimo y lo social: las áreas de descanso se ubican en los extremos de la casa, mientras que la zona central, más abierta, es un punto de encuentro. Los materiales interiores refuerzan la calidez del espacio: madera en paredes y techos, suelos de hormigón y mobiliario de líneas sencillas que no compite con el paisaje.

Sostenibilidad y mínima intervención

Uno de los grandes aciertos de este proyecto es su enfoque sostenible. Más allá de la eficiencia térmica de la madera, la casa ha sido diseñada con un impacto mínimo sobre el terreno. En lugar de una losa de hormigón que alteraría el suelo del bosque, se optó por una cimentación de puntos que permite que el terreno respire.

Además, los materiales han sido elegidos por su durabilidad y bajo mantenimiento, garantizando que la casa envejezca de manera natural con su entorno.

Más que una casa de verano, esta vivienda en Vollerup es un ejercicio de arquitectura respetuosa, en el que cada decisión responde a una integración armónica con la naturaleza. Su escala, su materialidad y su disposición no buscan imponerse, sino prolongar el paisaje, demostrando que la mejor arquitectura es la que entiende y respeta el lugar en el que se inserta.