Casa Ayala II
En esta reforma en Madrid, se buscó liberar la compartimentación que comprimía la vivienda original en las dos plantas. La planta alta se distribuye en forma de abanico tomando como centro la escalera, reduciéndose así al mínimo la zona del distribuidor. En la baja, se reducen los límites al máximo permitiendo que prácticamente toda la planta se perciba desde el espacio de la entrada. Ésta se extiende hacia el salón y comedor sólo interrumpida por un pilar que se reduce al mínimo dejándolo visto.
«Nuestro objetivo fue liberar la esencia de la casa original, creando espacios que respiren y fluyan naturalmente.»
«Es fundamental que los espacios de servicio se integren sin interrumpir la estética general, creando una percepción de orden y armonía.»
La luz es una característica esencial de la vivienda existente manteniéndose en la remodelación de la misma y dejando prácticamente todos los espacios con luz natural, incluso los que no están vinculados a la fachada.
La cocina es una prolongación de esa entrada mediante una puerta corredera que desaparece. Los espacios de servicio, aseo, lavadero y trastero, se relegan a la zona más oscura de la vivienda, ocultándolos con un panelado en la entrada y consiguiendo que la percepción sea de armarios.
«Buscamos siempre la belleza en la armonía de los contrastes materiales. En este caso, decidimos darle presencia a la escalera con esta dualidad material.»
La escalera como dentro de distribución
La escalera se diseñó en forma de caracol para liberar espacio en la entrada, donde antes era un elemento invasivo. Esta escalera tiene dos partes: una estructura maciza que conecta con el suelo y se encastra en la esquina de la planta baja, funcionando como contenedor de instalaciones y almacenamiento, y un tramo final mucho más ligero, hecho de chapa.