Nuevas opciones para la arquitectura sostenible: celosías en ladrillo
El estudio vietnamita Tropical Space, con sede en Ho Chi Minh, viene desarrollando proyectos de arquitectura muy atractivos con el ladrillo como protagonista. A partir de su conocimiento profundo de la cultura y de las peculiaridades climáticas del país, esta firma asiática se ha marcado como objetivo crear viviendas agradables y funcionales para familias de clase media.
Se trata de un grupo de población en alza, puesto que el rápido crecimiento de la economía de Vietnam en el sector servicios está propiciando una notable urbanización en las ciudades. Sin embargo, no todas estas construcciones tienen la calidad suficiente, lo que condena a una parte de los residentes a vivir en condiciones precarias, tal como indica un informe reciente del Banco Mundial.
Lo que propone Tropical Space es una construcción asequible que se adapte a estos cambios de estilo de vida. Por ejemplo, su LT House, situada en la ciudad de Long Thanh, se concibió para una pareja de recién casados proveniente del medio rural. Aquí los arquitectos sacaron provecho de un terreno reducido usando una geometría externa muy simple y sacando partido a la distribución interior.
El patio de entrada -con árbol incluido- y el trasero actúan también como reguladores térmicos, proporcionando agradables zonas de sombra.
El aspecto duro del bloque de ladrillos de la fachada se aligera mediante abundantes celosías a lo largo del contorno. Además de su efecto decorativo, permiten la ventilación natural de la vivienda y mitigan las altas temperaturas.
Programada en dos alturas, toda la planta baja se diseñó como un gran espacio de reunión para los amigos, que albergará en un futuro una pequeña cafetería abierta al público. Su ligero portón giratorio en forja invita a entrar y rompe la austeridad de la arcilla. Dentro, la barra en hormigón visto y una larga mesa de madera definen espacios, mientras que la zona independiente de almacén sirve como acceso privado al nivel superior.
En este primer piso, presidido por una gran cocina y sala de estar, hay además espacio suficiente para dos dormitorios y un baño. Su iluminación natural se potencia con diversos lucernarios practicados en los techos de hormigón.
Para abaratar costes se diseñó un mobiliario muy simple, con estanterías de madera que aprovechan los huecos dejados por los ladrillos y el hormigón, siendo los mismos propietarios los encargados tanto de comprar los materiales como de proceder a su montaje. Estas iniciativas, junto al cuidadoso planteamiento de partida, permitieron que el coste final de los 108 m2 de superficie edificada no superara los 20.000 dólares.