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18 de septiembre de 2025

Naples Street House: una casa para habitar el movimiento

  • Proyecto de Edition Office
  • Fotografía de Tasha Tylee

En Box Hill (Victoria), el estudio Edition Office proyecta Naples Street House como una vivienda compacta que mira hacia dentro para encontrar calma en un tejido suburbano denso. Uno de los propietarios es bailarina; la casa se concibe como refugio y, a la vez, como dispositivo para el cuerpo en movimiento, con conexiones al exterior cuidadas y una secuencia espacial pensada para fluir.

La respuesta tipológica es clara: casa-patio. Un jardín interior organiza la vida doméstica, separa áreas públicas y privadas, y preserva la intimidad frente a la calle. El acceso axial conecta desde la entrada hasta el jardín posterior, mientras la circulación discurre alrededor del patio, acompañando la ondulación de las cubiertas. El vacío central introduce sol del norte en invierno y calienta de forma pasiva la masa térmica de los suelos de hormigón bruñido.

Por fuera, un revestimiento de ladrillo envuelve fachadas, cubierta y el propio patio, presentando la casa como sólido tallado que dialoga con las cubiertas a dos aguas del barrio de entreguerras. La elección de ladrillos neutros en carbono y de tableros de madera dura de procedencia local para los interiores refuerza una estrategia de bajo impacto y alta durabilidad. Forma y ética se entrelazan sin grandilocuencia.

La cocina funciona como articulación del corazón social: se abre al estar y comedor, y se conecta con todas las estancias a través del patio, de modo que la vida diaria orbita ese vacío templado por el sol. La integración de equipamiento —frigorífico, congelador, lavavajillas y campana— dentro de una carpintería de spotted gum contrachapado permite una expresión mínima; encimeras y superficies de acero dialogan con madera, hormigón y ladrillo sin competir por protagonismo.

Atendiendo al carácter performativo del encargo, Edition Office diseña mobiliario sobre ruedas: una mesa de comedor en acero inoxidable y un sofá reconfigurable que se desplaza y recompone tantas veces como la vida lo requiera. La vivienda asume así la lógica de un escenario que cambia entre actos, acomodando reuniones, práctica de danza o descanso sin añadir superficie ni complejidad constructiva.

A pesar de su pequeña huella, la casa ofrece amplitud experiencial: un salón íntimo acristalado se abre al jardín; las visuales cruzan el patio sin exponer la vida a la calle; y las texturas —ladrillo, madera, hormigón— sostienen una atmósfera serena que prioriza la permanencia frente al gesto efímero. Aquí la técnica no busca espectáculo: ordena clima, luz y uso para que el habitar ocurra con naturalidad, como una coreografía silenciosa que el edificio acompaña en lugar de dirigir.

Sigue explorando viviendas donde el patio, la materia y la luz se convierten en estructura de la vida cotidiana en Arquitectura introspectiva de Förstberg Ling.