
Casa de Setos y Cenadores
- Proyecto: Casa de setos y cenadores
- Arquitectura: Estudio Bright
- Paisajismo: Sarah Hicks
- Fotografías: Rory Gardiner
Ubicada en una calle residencial de Melbourne, la Casa de Setos y Cenadores propone una lectura alternativa del entorno suburbano a través de un diseño que prioriza el paisaje sobre la forma. Estudio Bright plantea una vivienda que no busca imponerse, sino integrarse, camuflándose entre capas de vegetación, muros de jardín y estructuras ligeras que protegen y ordenan. Es un proyecto que pone en valor la arquitectura como intermediaria entre naturaleza y domesticidad.
Un seto como fachada
En lugar de una fachada tradicional, la casa se esconde tras un alto seto que actúa como límite, umbral y filtro. Tallado con precisión, el arco de entrada en el follaje marca el acceso y sustituye a la habitual formalidad del frente construido. Esta operación libera a la vivienda de su condición representativa y permite que su volumetría responda, ante todo, a las condiciones del terreno y del clima.
Jardines que estructuran
La planta se organiza en capas. Dos muros de jardín —sólidos y robustos— definen los límites entre interior y exterior. Estas estructuras construyen no solo privacidad, sino también un paisaje doméstico compartimentado, en el que cada jardín tiene su carácter. La casa queda así suspendida entre lo público y lo privado, entre lo natural y lo construido.
Una pérgola como piel exterior
Rodeando la vivienda, una pérgola ligera ofrece sombra y protección frente al viento. Con el paso del tiempo, las enredaderas la colonizarán, diluyendo aún más la presencia arquitectónica. Este elemento añade una textura vegetal a la envolvente y funciona como estrategia pasiva de control climático, al igual que la ventilación cruzada y la orientación del volumen principal, que eliminan la necesidad de sistemas mecánicos.
Arquitectura paisajística
El trabajo conjunto con la paisajista Sarah Hicks refuerza la intención del proyecto: integrar naturaleza y arquitectura. Mientras el acceso recibe al visitante con especies autóctonas y de baja demanda hídrica, un césped en la zona trasera actúa como mirador hacia el bosque cercano. En lugar de imponerse sobre el terreno, el edificio desciende con él, tocando el suelo suavemente, como si siempre hubiese estado ahí.











