
Rehabilitación y memoria en la bodega Dussart Pedrón
- Proyecto de CRUX Arquitectos
- Fotografías de Milena Villalba
En el núcleo rural de Los Pedrones, Requena (Valencia), CRUX arquitectos ha abordado la reconstitución de una vieja bodega con múltiples vidas precedentes. El proyecto parte del valor emocional y patrimonial del edificio original, transformado durante décadas: de granero a almacén vinícola, después recinto cooperativo abandonado. Los encargados, descendientes de su promotor inicial, han regresado desde Francia para reactivar tanto la producción vitivinícola como la memoria familiar.
Ese trasfondo define la estrategia: no se trata de imponer una forma nueva, sino de añadir una nueva capa que dialogue con lo existente. Así, la intervención se inscribe como una arquitectura de capas que respeta las cicatrices del tiempo.
Programa, estructura y organización
La superficie rehabilitada abarca aproximadamente 156 m², acentuando la economía de medios para albergar funciones vinícolas modernas sin olvidar la génesis del edificio.
En planta baja converge el programa de recepción del fruto, laboratorios, y espacios de proceso. En la nave occidental, el antiguo tanque de hormigón del sótano ha sido reconvertido en cámara de crianza, aprovechando su inercia térmica para la conservación de barricas. En la planta primera se ubica la zona de recepción de uva y servicios (laboratorio, aseos), perforando el muro original para abrir un nuevo acceso controlado.
La obra se soporta mediante una estructura de hormigón armado que estabiliza y consolida los muros antiguos. Esencialmente, la nueva estructura actúa como un esqueleto contemporáneo que se posa sobre el edificio tradicional sin neutralizarlo.
Materialidad y tacto
Uno de los gestos más respetuosos es conservar la cubierta ondulada original, añadiendo sobre ella un sistema de tratamiento de aguas. En las zonas intervenidas se incorporan listones de madera tipo tongue-and-groove, sustituyendo cañizos, y recuperando las tejas originales tras limpieza. En la fachada norte permanecen visibles grietas y huecos que hablan del pasado.
Dentro, los muros de fábrica antigua (ladrillo, piedra) siguen presentes y dialogan con nuevas divisiones en tabiquería. Las luminarias indirectas (“mood lighting”) revelan la textura de los muros y la curvatura de las bóvedas existentes.
Este proyecto no pretende borrar lo anterior, sino convertir el paso del tiempo en material. La rehabilitación no es una restauración nostálgica, sino una reinvención coerente. Es una nueva fase en la vida del edificio, un capítulo que honra su historia sin imponerse.
La bodega dialoga con el paisaje agrario de la zona, sin levantar muros excesivos: las aperturas perforan sin violentar los muros existentes.
Con The Dussart Pedrón Winery, CRUX arquitectos demuestra que la arquitectura contemporánea no debe arrancar de cero pero puede ofrecer nueva vida. Un ejemplo de precisión técnica y lectura poética de lo existente, donde el nuevo gesto no propone dominación, sino continuidad.