CVNE
Visión de continuidad y cohesión
En 2009, CVNE se propuso ampliar sus instalaciones para elevar la calidad de sus vinos y decidió confiar en ÁBATON para darle una imagen integral y cohesiva a su nuevo espacio. La ampliación alcanzó más de 16.000 m² y abarca aproximadamente 127.500 m³, con una serie de fases y detalles arquitectónicos que han transformado el paisaje de la bodega.
«Cada nave fue concebida como un contenedor funcional, siguiendo un lenguaje arquitectónico abstracto y contemporáneo.»
«Las formas simples de las naves esconden un diseño de ‘piel’ continua que conecta paredes y techos.»
Un diseño que respira innovación
Para el diseño, el equipo analizó y comprendió el proceso de elaboración del vino, proponiendo un proyecto de ampliación en fases, donde cada edificio actúa como un contenedor que expresa su función. La simplicidad de las geometrías industriales se combinó con un lenguaje moderno e innovador, creando una “piel” continua que unifica paredes y techos, manteniendo temperaturas estables y dotando al conjunto de una estética neutra y contemporánea.
Arquitectura funcional
Para lograr una integración fluida entre las naves y las edificaciones existentes, se utilizaron “filtros”: espacios que conectan las diferentes áreas. Estos filtros adquieren materiales variados según su ubicación, desde acabados metálicos brillantes en los nuevos edificios hasta concreto mate para armonizar con las edificaciones originales.
«El control de la temperatura es clave en este diseño, aportando estabilidad esencial para la producción de vino.»
Elementos de vanguardia
Como elementos adicionales, dos réplicas de la Casa Transportable ÁPH80 se incorporaron para funciones específicas: control de accesos y de calidad del vino en época de vendimia. Entre 2009 y 2019, el proyecto se completó en varias fases, con ampliaciones en naves de producción, almacenamiento, y oficinas, así como la restauración del histórico edificio “Pieles”.