¿Alguien ha soñado alguna vez con manejar el sol a su antojo, aunque solo sea por un instante, quizá en esos tórridos días de verano? Pues el colectivo luso-italiano Moradavaga ha hecho esto posible en Oporto -a pequeña escala, por supuesto- con su instalación denominada Sunwheel.
Su réplica de la estrella es un sol cinético interactivo de 8 metros de diámetro, ubicado en el interior de la fuente de Álvaro Siza en Oporto. Contiene cientos de pequeñas placas doradas brillantes, capaces cada una de oscilar de forma individual con el viento, variando así su luminosidad.
El continuo cambio de posición de las placas metálicas origina diversos efectos visuales a lo largo del día y también por la noche, con la iluminación artificial. Esta rueda solar portuguesa también responde a las variaciones de luz, creando un atractivo espectáculo tanto en el propio círculo como en los reflejos provocados sobre la superficie del agua en la fuente.
Además de dejarla a merced de los elementos, los visitantes pueden interactuar con ella. El enorme disco cuenta con una barra en todo su perímetro que los visitantes pueden mover para hacerlo rotar. Según el impulso dado, la velocidad de giro varía y con ella, los efectos conseguidos.
Este proyecto responde a una invitación de Porto Lazer, la empresa municipal portuense encargada de impulsar iniciativas en la ciudad y ofrecer diversidad en áreas como el entretenimiento, el ocio o el deporte. En esta ocasión se quería construir algo especial para la celebración anual de la fiesta de São João (San Juan).
Moradavaga se inspiró en las ruedas que impulsan los molinos de agua tradicionales, uniéndolas con los antiguos cultos paganos al sol que festejaban el solsticio de verano. De ese concepto de fuerza, renovación y cambio constante surgió Sunwheel en la principal avenida de Oporto. Sus hipnóticos reflejos al azar recuerdan un poco a la magia que se asocia tradicionalmente a la noche de San Juan en las culturas cristianas.
Experto en este tipo de intervenciones artísticas, el colectivo nació en 2006 de la mano de los arquitectos Manfred Eccli (Bolzano, 1981) y Pedro Cavaco Leitão (Oporto, 1976). A medio camino entre Italia y Portugal (no en vano Moradavaga es una contracción de las palabras portuguesas para «hogar indefinido»), combinan diseño y arquitectura para concebir elementos artísticos que suelen necesitar del público para activarse. Y es que ¿quién puede resistirse a la tentación de mover el sol, aunque sea en miniatura?
Imágenes cortesía Moradavaga