A veces los arquitectos se enfrentan a espacios reducidos y entornos sombríos a la hora de proyectar una vivienda. En estos casos, ¿cómo se puede sacar el máximo partido a unas áreas con poca iluminación natural?
Desde Japón, Atsushi y Mayumi Kawamoto nos proporcionan una solución efectiva. El tándem creativo del estudio mA-style Architects disponía en Aichi de un solar no muy grande junto a casas de dos pisos que proyectaban su sombra en él. La gran proximidad de estos edificios vecinos restringía el posible uso de ventanas, por lo que el proyecto se basó en una idea ingeniosa que rompe por completo la oscuridad a la que parecía condenado de antemano.
Los arquitectos plantearon su Light Walls House como un cubo con amplios lucernarios perimetrales en el tejado, que proyectan la luz exterior a través de un sistema de rejillas y vigas de madera.
Esta luz se dispersa por el interior rebotando tanto en las vigas superiores como en las paredes de láminas en madera clara levemente inclinadas. Con 9,1 metros de lado, este audaz tejado plano proporciona iluminación uniforme -directa e indirecta- a todas las estancias.
En cuanto a la distribución interna, se construyeron cuatro cajas de dos pisos cercanas a los vértices del cubo para albergar los dormitorios, el cuarto de baño principal y varias áreas de almacenamiento. Unas aberturas rectangulares conducen a cada lugar en la planta baja, mientras que unas escaleras de madera permiten acceder al nivel superior.
Por su parte, la cocina en acero, un espacio de estudio, el aseo y multitud de estanterías rodean por dentro la vivienda, ocupando las tres cuartas partes del brillante espacio abierto bajo los lucernarios. El pasillo restante se encuentra delimitado por dos puertas correderas junto a las esquinas, que una vez abiertas actúan como umbral de unión entre la calle y la intimidad familiar.
Según la visión macroscópica de Atsushi y Mayumi Kawamoto, las cajas interiores de la Light Walls House pueden considerarse como pequeñas casas, y las zonas vacías entre ellas como senderos o plazas donde se reúnen sus habitantes; algo que recuerda a un pueblo reducido envuelto en luz.
Por último, a fin de recalcar el carácter luminoso de la vivienda por los cuatro costados, el exterior se revistió con una piel de paneles pintados en blanco. Así pues, una uniformidad engañosa esconde este espacio privado, concebido por la firma japonesa como un viaje rotundo hacia la claridad y el minimalismo.
Fotografia: Kai Nakamura.