Magnífica librería El Ateneo Grand Splendid

Situada en el número 1860 de la kilométrica Avenida Santa Fe, una de las principales arterias de Buenos Aires, la magnífica librería El Ateneo Grand Splendid nos transporta a una experiencia sensorial diferente.

Este templo cultural hereda el espacio del antiguo cine-teatro Grand Splendid, que abrió sus puertas allá por 1919, convirtiéndose enseguida en referente cultural del porteño barrio de Recoleta. Además de ser el escenario de las primeras películas sonoras proyectadas en la capital argentina, su programación incluía conciertos, ópera y ballet.

Templo cultural hereda el espacio del antiguo cine-teatro Grand Splendid

Aquí también comenzó a grabar sus tangos en 1920 el mítico Carlos Gardel bajo el sello Nacional Odeón, hoy EMI Argentina. Esa sala de grabación todavía se conserva. Y como foco cultural y tecnológico de la época, cabe destacar que la LR4 Radio Splendid empezó sus emisiones tres años después desde la parte alta de este Ateneo.

Pues bien, todo este bagaje casi centenario estuvo a punto de sucumbir bajo la piqueta con el cambio de siglo, cuando en el año 2000 se programó la demolición del edificio. Por fortuna, antes de ser arrasado, el grupo librero Ilhsa -líder argentino del sector- lo alquiló y lo transformó en una hermosa y atípica librería.

Detalle de la atípica librería

La restauración corrió a cargo del arquitecto local Fernando Manzone, que fue muy respetuoso con el trabajo original de sus colegas españoles, Manuel Torres Armengol y Rafael Peró. Una vez traspasamos la imponente fachada, que incluye varios atlantes en piedra -obra de Troiano Troiani- y unos preciosos balcones de inspiración modernista, aparece el antiguo teatro revitalizado.

Prácticamente intacto, solo se retiraron los asientos, que ahora ocupan una infinidad de estanterías rebosantes de libros. Para la iluminación se optó por luces de teatro, que proporcionan un ambiente intimista y dramático.

Detalle frescos restaurados del pintor italiano Nazareno Orlandi

En las alturas, los frescos restaurados del pintor italiano Nazareno Orlandi (un homenaje a la paz tras la Gran Guerra) nos transportan a la época del esplendor cultural y económico de Buenos Aires, cuando fue encargada su construcción por el empresario y apasionado del cinematógrafo Max Glucksmann.

Se han conservado las balconadas y los palcos originales, así como el telón en terciopelo rojo y el escenario, que sirve hoy como cafetería donde relajarse saboreando un buen ejemplar.

Vista de la conservación de las balconadas y los palcos originales

Sus más de 120.000 títulos se distribuyen a lo largo de tres plantas más un sótano, al que se accede por escaleras mecánicas y dedicado por entero a la literatura infantil y la música. En total, 2.000 m2 que son recorridos cada día por unos 3.000 visitantes. Toda una joya bonaerense y, sin duda, una de las librerías más hermosas del mundo.

Detalle de una de las librerías más hermosas del mundo

Imágenes vía Uruguay in photos, longhorndave, Phillip Capper y Liam Quinn.

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