En Baranbio, Bizkaia, Garmendia Cordero arquitectos y el fotógrafo Pedro Pegenaute han participado en la creación de Garaitia Etxea, una restauración rural que fluye naturalmente desde la materia y la memoria del lugar. La redefinición de esta casa de piedra marca un equilibrio entre conservación y renovación —y se convierte en un ejercicio sensible pero técnico de transformación.

Integrar sin borrar: respetar la arquitectura original

El proyecto parte de una estructura tradicional, con muros de mampostería original y una cubierta de madera sólida. En lugar de enmascarar el pasado, los arquitectos lo han hecho visible: los muros recuperan su textura y aspereza, mientras se limpia la estructura superior para dejar al descubierto la carpintería de vigas y pilares. Esa honestidad constructiva anima el espacio interior, donde el vestigio se convierte en belleza.

La distribución se organiza en dos niveles conectados por una escalera de diseño contemporáneo de metal blanco, ligera y discreta. Abajo, los usos comunes—salón, comedor y cocina—se desarrollan en un espacio fluido, provocando una interacción dinámica entre niveles. Arriba, las habitaciones descansan entre madera y piedra, conformando un entorno íntimo y cálido.

El gesto más interesante se encuentra en el hueco central: una doble altura liberada que recupera el espacio original, liberando el techo en la planta baja y abriendo visualmente hacia las vigas principales. Ese vacío actúa como articulador, como un pulmón constructivo capaz de ventilar, iluminar y unir. Además, otorga una escala diversa: bajo, acogedora en la zona social; amplia y reflexiva en la planta alta.

Materialidad honesta y serena

La materialidad juega un papel esencial. La piedra se cierra con carpinterías de madera clara, que contrastan con la rudeza pétrea, creando una paleta equilibrada. El interior se muestra sereno: paramentos pintados de blanco, suelos de madera y la lucidez visual de una arquitectura sin recursos retóricos. Las vigas vistas y los fragmentos estructurales se integran con naturalidad, evitando cualquier sentido de teatralidad.

Restauración sostenible como estrategia consciente

Aunque el proyecto no divulga valores explícitos de sostenibilidad, su lógica constructiva respondiendo al lugar, la reutilización de la estructura existente y el gesto de mínima intervención son coherentes con la idea de una arquitectura responsable, una idea que podríamos conceptualizar como restauración sostenible. En ella, no se trata de imposiciones formales, sino de ajustar, reforzar, mejorar lo que ya existe. Sin desperdicios, sin gestos vacíos.

Una arquitectura que escucha

Garaitia Etxea demuestra que rehacer puede ser un acto poético, siempre que se acompañe de rigor y conocimiento técnico. Es una lección para la arquitectura actual, donde la intervención más valiosa no siempre exige novedad, sino sensibilidad hacia lo que ya está. Ése es el desafío —y, a veces, el privilegio— de restaurar con seriedad.

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