La ciudad de Columbus (Indiana), con una población de 45.000 personas, podría pasar perfectamente desapercibida en el Medio Oeste norteamericano de no ser por un secreto artístico a voces. Desde que el arquitecto estadounidense de origen finlandés Eero Saarinen construyera allí su famosa Miller House entre 1953 y 1957 para un empresario industrial, el lugar se fue enriqueciendo con más de 80 edificios y obras de arte públicas de la mano de reconocidos creadores.
Con estos antecedentes culturales, hoy en día se ha convertido en una verdadera meca para los aficionados al diseño contemporáneo, que se dan cita en la muestra anual Exhibit Columbus. Este evento comenzó en 2014, cuando el artista Jonathan Nesci creó una instalación con mesas reflectantes –100 Variations– en el patio de la Primera Iglesia Cristiana, uno de los primeros templos modernos del país (y proyectado precisamente por el padre de Saarinen). La obra era un homenaje al gran estanque que formaba parte del templo, pero que se eliminó en 1957 debido a continuos problemas de mantenimiento.
Este fue el germen del certamen, una parte del cual está comisariado por el propio Nesci. Para las instalaciones de la calle Washington, solicitó a cinco galerías de arte que eligieran a otros tantos diseñadores para crear intervenciones de pequeño tamaño. Así, Cody Hoyt, por ejemplo, tiñó 2.500 ladrillos para colocarlos formando unos mosaicos geométricos coloristas en un cruce de la avenida. Algo ciertamente llamativo, como el monolito «Window to Columbus», del dúo italiano Formafantasma, donde asoma una pequeña ventana-minimuseo en una pared de ladrillos vitrificados con piedra volcánica.
A menor escala se mueven las obras de Pettersen & Hein (Pause) y Productora (Columbus Circle). La pareja escandinava ha ideado una serie bastante divertida de bancos de hormigón con vocación de escultura, mientras que los mexicanos han desplegado en la calle varios elementos circulares que envuelven las fachadas, sirviendo de asiento ocasional a unos caminantes sorprendidos.
Por último, los neoyorkinos Snarkitecture juegan con la perspectiva forzada en su inmaculada «Playhouse», exprimiendo las posibilidades engañosas de un callejón solo explorable en su totalidad por niños.
Imágenes vía Exhibit Columbus, Eero Saarinen, Casati.