La Casa Fonte Boa es una vivienda unifamiliar situada en Fartosa, a unos 30 kilómetros al sur de Coimbra. Diseñada por el arquitecto portugués João Mendes Ribeiro en pleno valle del Rabaçal, incluye una finca con viñedos y olivar. Una tierra fértil confinada entre montañas que alberga vestigios de una villa romana del siglo IV a. C.
Para aprovechar el sol al máximo y tener las mejores vistas sobre el valle y el arbolado, la casa se construyó en el lado oeste de la finca, protegida de la carretera principal. Su ubicación exacta se decidió para afectar lo menos posible al terreno, consiguiendo así mantener su pendiente natural y conservar todos los árboles.
Con una estructura tradicional de tejado a dos aguas, se optó por un volumen rectangular de dos plantas con cubierta de zinc. Como detalle curioso, uno de los dos bloques de hormigón sobre los que se asienta la vivienda esconde un sótano habilitado como bodega para almacenar vinos.
El garaje, abierto, se construyó a base de muros de hormigón por debajo del nivel del terreno y separado del núcleo principal. Al fondo, una caja semisubterránea del mismo material acoge la lavandería, y la escalera lateral nos lleva hacia la casa a través de una sucesión de plataformas.
La puerta de entrada –situada en el muro que limita la parte sur– cuenta con un espacio acristalado posterior que protege el acceso del viento. Respecto a las dos plantas, se organizan en función de la gran escalera central de madera, que proporciona una enorme capacidad de almacenamiento, tanto en el lateral como bajo los peldaños. La cocina-comedor y el salón ocupan la planta baja, mientras que el piso superior se reserva para los dormitorios y una oficina.
Las conexiones con el paisaje se ven potenciadas mediante una serie de ventanas de distintos tamaños que aseguran un suministro abundante de luz natural. La generosidad de los huecos en la cara este brinda un horizonte infinito a la sala de estar.
Así pues, la Casa Fonte Boa luce discreta en medio del ambiente rural del valle. Con un interior luminoso realzado por la calidez de la madera en suelos y mobiliario, es el refugio perfecto para cualquier época del año.