Freycinet Lodge es un complejo turístico australiano situado en la costa este de la isla de Tasmania. Con vistas a las aguas azul turquesa de la bahía de Great Oyster y las escarpadas montañas Hazards de fondo, resulta una base ideal para explorar toda la belleza del Parque Nacional de Freycinet.
Construido en la década de los 90, el complejo hotelero ha llevado a cabo recientemente un proceso de renovación de la mano de la firma de arquitectura local Liminal Studio. Inspirados en el impresionante entorno natural, el equipo de Elvio Brianese y Peta Heffernan han diseñado nueve pabellones diferenciados de las 60 cabañas originales.
El proyecto toma prestada la fluidez de la costa y las diferentes capas de granito rosa que, junto al tono anaranjado de los líquenes y la sinuosidad del terreno, sirven para dibujar el exterior de los nuevos alojamientos.
Los pabellones se plantean como dos cápsulas –una zona de ocio y otra de descanso– que se funden en un abrazo, protegiendo la terraza y dando privacidad al jacuzzi exterior. Por su parte, los abundantes acristalamientos de suelo a techo ofrecen unas panorámicas inmejorables.
La curvatura de las habitaciones responde hábilmente a las limitaciones de espacio que imponen los salientes rocosos y la proximidad de las otras cabañas. Cada pabellón se envuelve sobre sí mismo para abrirse solo al paisaje del parque natural, contando con accesos independientes a través de senderos.
Para no interferir en las vistas, las típicas barandillas perimetrales se sustituyeron por unas ingeniosas balaustradas en forma de hamaca que invitan a la relajación. Y las cabañas envolventes se revistieron con madera de una variedad resistente de eucalipto (Red Ironbark), previamente carbonizada a fin de mejorar su conservación y contribuir a que los edificios permanezcan lo más ocultos posible sobre la línea de la costa.
El interior está presidido por la calidez de la madera de roble y la acacia negra de Tasmania. La mezcla de listones salientes y entrantes en las paredes proporciona una decoración vistosa de manera económica.
El interiorismo se completa con mobiliario y tapizados en azules, grises y naranjas que rinden homenaje a las rocas sobre las que se asientan, los líquenes y las tonalidades cambiantes del océano.